La Habana Cuba, 5 de febrero del 2012 / El pasado día 15 de enero se conmemoró el natalicio 73 del pastor bautista norteamericano Martin Luther King, hombre de honor, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1964. Por su grandeza es meritorio no dejarlo en el olvido.
Bastaría mencionar su altísimo ejemplo para inspirarnos en su valor cívico cristiano, su confianza en el principio de la no violencia motivada en la vida de Mahatma Gandhi y convencimiento de su deber personal para fomentar la paz luchando contra la discriminación racial e injusticias que sufrían los negros en su país.
Mucho de este Pastor premio Nobel debemos recordar: Su coraje empujado por la angustia de los que sufren la desigualdad, el menosprecio y la injusticia.
Hombre de Dios que manifestaba a la vista de todos “tener todas las cosas en común y amor por el prójimo”.
Sin embargo, su ejemplo es considerado por muchos creyentes de la iglesia oficialista cubana como “un acto fuera del propósito de Dios, una intromisión en los problemas de este mundo, “ajenos” al plan de Dios”. - Me decía un “intelectual” cristiano:
“La teología de Martin L. King tiene un trasfondo humanista, eso - su labor social - no es propiamente el Evangelio, al igual que la obra de La Madre Teresa de Calcuta, estas obras no salvan a nadie”.
Es cierto que el Dr. King no fue un pastor evangelista que se destacara por la predicación salvífica de Jesucristo al estilo del Dr. Billy Graham, pero realizó de forma grandiosa lo que los cristianos acomodados de hoy critican y no son capaces de asumir… ser "la sal y luz del mundo" – sal que preserva de la corrupción social y religiosa - y “luz que alumbra en el mundo”.
King demostró con su vida “que la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”.
Lamentablemente muchos “fieles” simulados actúan del mismo modo que los sacerdotes y levitas que Jesús describió en su parábola de el buen samaritano. Lucas 10:10-37.
En Cuba los defensores de los derechos humanos son los samaritanos de la parábola antes mencionada -que se preocupan del dolor social protestando ante las autoridades nacionales e internacionales. La Iglesia Evangélica Oficial está ausente, y es muy cuestionada la pureza de la acción de la Iglesia Católica en la "mediación" a favor de los presos políticos y Damas de Blanco; y de la labor que realiza el Consejo de Iglesias de Cuba, ¡Ni hablar! , produce asco sólo mencionarlo.
Martin L. King procuró un boicot contra una compañía de autobuses en diciembre de 1955 por los constantes actos discriminatorios hacia los negros. Para esto movilizó a líderes religiosos evangélicos. Es importante destacar que usaba para estas reuniones organizativas los espacios que brindaban los templos.
“Nuestro interés no era arruinar a la empresa de autobuses sino que decidieran negociar con nosotros, con toda justicia. Dándole vueltas a mi cabeza comprendí, que lo que en realidad hacíamos era retirar nuestra cooperación a un sistema injusto, y no retirar nuestro apoyo económico a esa empresa. Y oí como una voz que me decía: "Quien acepta el mal pasivamente está tan mezclado con él como el que ayuda a perpetrarlo. El que acepta el mal sin protestar colabora con él /.../ De esta manera, para ser sincero con mi conciencia y con Dios, un hombre recto no tiene más alternativa que negarse a colaborar con un sistema injusto”.
Cuando el 10 de diciembre de 1964 recibió en Oslo el premio Nobel de la paz, en su discurso expresó:
“Los luchadores no violentos podemos resumir nuestro programa con estas palabras: Tomamos medidas directas contra la injusticia, pese a las negativas del gobierno y otras instituciones oficiales, que deberían ser las primeras en ocuparse de ella.
No obedecemos ninguna ley ni nos sometemos a ninguna medida que lesione la justicia .Actuamos pacifica, sincera y públicamente porque deseamos convencer. Elegimos la no violencia porque aspiramos a una sociedad en paz.”. Martin Luther King, Grandes Biografías, EDIMAT LIBROS S.A.
A diferencia a este ejemplo debemos preguntarnos: ¿Cuánto de los males de Cuba cambiarían si los mismos dependieran de lo que los cristianos cubanos puedan hacer por el bien de la comunidad?
¿Remedia algo que se quejen a media voz de los males existentes del Régimen y que “oren” para que Dios “haga” mejoras sociales, sin dejar a un lado los acostumbrados halagos y compromisos con el Gobierno?
Y ¿Qué decir de su silencio juramentado que respalda las malas decisiones tomadas por el Gobierno?
Cuando los años transcurran y en este país exista democracia, con seguridad a nadie le importará saber cuántos cristianos se bautizaron y si creció la iglesia durante la “Revolución”, sino, ¿Quiénes hicieron señal a favor de la justicia y bien social durante esos años de crisis?
Deduzco por las Escrituras que Dios está más interesado en recompensar a aquellos que “dieron de comer al hambriento, agua al sediento, refugio al necesitado, ropa al desnudo, atención al preso y al enfermo” que aquellos que “en el nombre del Señor sanaron enfermos, hicieron milagros, profetizaron en su nombre y echaron fuera demonios.” Palabras de Jesús.
Mientras esperamos que la iglesia en Cuba sea consecuente con su fe y haga lo que debe hacer solo nos queda otorgar honor a quien honor merece.
*Pastor de confesión Bautista. Graduado en el 1991. Se ha desempeñado como Pastor en las Iglesias de San Luis (PR), Fomento (SS) y, Cárdenas (MTZ). Licenciado en Estudios Bíblicos por la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos (FLET).Ha cursado estudios de: Teología Pastoral, Actualización Bíblico-Pastoral, Talleres de Teología Pastoral. Superación Profesoral y de Iglesia y Crecimiento, este último auspiciado por la Alianza Bautista Mundial. Fue excluido como Pastor de la Convención Bautista de Cuba Occidental. Sus trabajos de opinión pueden leerse en el Blog Religión en Revolución. También colabora con la Agencia de Prensa Independiente, Hablemos Press.
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