LA HABANA, Cuba, diciembre,2012 -El periódico Juventud Rebelde reseñó, el viernes 28 de noviembre, un encuentro celebrado en la capital cubana, entre miembros del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y llamados “líderes de organizaciones religiosas” domésticas.
En un largo subtítulo, el diario destacó que “Trabajar unidos por una Cuba en paz, justicia social y elevada espiritualidad es un propósito en el que pueden trabajar unidos los jóvenes comunistas y quienes profesan diversas creencias religiosas…”,
Hasta ahí, obviando la mala redacción, la idea podría parecer loable. Pero veamos qué dijeron al menos dos de los participantes, que, por su posición jerárquica, sientan el tono y marcan la pauta en ese tipo de eventos.
Clamando por más censura y represión, Luis Morlote, presidente de la Asociación Hermanos Saíz, dependencia de la UJC encargada de nuclear y “atender” a jóvenes artistas y creadores, expresó: “El auge de las nuevas tecnologías y la democratización de los medios masivos de comunicación, devienen causa fundamental de la crisis de valores y el retroceso en el gusto que vivenciamos en el mundo actual. La televisión controla sus emisiones (las de la Isla), pero en discos, memorias flash y otros soportes se expande un consumo de películas, seriales, videos y música que atentan contra nuestros principios…”.
La pregunta ineludible es ¿cómo puede este señor pensar que podrá haber en Cuba “paz, justicia social y elevada espiritualidad”, sin la existencia de democracia y libertad de expresión en los medios y en todos los asuntos de la nación?
Por su parte, el jefazo de los religiosos, Joel Ortega Dopico, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, ante todo declaró su incondicional fidelidad a la dictadura, apostillando con una críptica jerigonza, que lo único que deja claro es su apoyo a los dictadores: “Cuba necesita de una pluralidad participativa y unida que cumpla con la historia de estos tiempos y que marche junto a los líderes de la revolución en la materialización de los nuevos cambios”.
Lo primero que viene a la mente vista al leer el trabalenguas del religioso es la enorme contradicción que existe entre cumplir “con la historia de los tiempos” y “marchar junto a los líderes de la revolución”, unos anquilosados ancianitos que solo parecen estar interesados en realizar gattopardianos cambios para que nada cambie.
Además, ¿cómo puede un cristiano proclamarse fiel seguidor de personas ateas, que han negado a Cristo y perseguido cristianos; de unos guerreristas y despiadados opresores que después de medio siglo cometiendo errores y destruyendo vidas, no son capaces no de un cristiano arrepentimiento?
No hay que ser muy avezado en cuestiones políticas para comprender que el encuentro de marras no fue entre verdaderos cristianos y comunistas. Se trató solamente de un intrascendente show mediático organizado por una dictadura moribunda en busca de legitimación, en el que todos los participantes eran gente de la misma calaña, con ligeros matices diferentes, pero todos cómplices de la dictadura.
Fuente: Cubanet. La foto corresponde al libelo Juventud Rebelde.
*Periodista, guionista y director de programas de radio en las emisoras Radio Progreso, Cadena Habana y C.O.C.O. Fue secretario de prensa del Comité Cubano Pro Derechos Humanos. En enero de 1998 ingresó en la prensa independiente, a través de la agencia Cuba-Verdad. Actualmente escribe para las páginas digitales CubaNet, Primavera, y los periódicos La Primavera de Cuba, de Suecia y Hospodárske Noviny, de Eslovaquia. También fue miembro fundador de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP).
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