Testigos de Jehová: amor a Dios y paz con el régimen.

ARTEMISA, Cuba, octubre, 2013 -En los pueblos de la costa norte de Artemisa abundan  Testigos de Jehová. Se ven en parejas, vestidos con rigor, muchas veces con camisas de mangas largas, los varones, y largas faldas y blusas sin escote, las mujeres, a pesar del calor. En sus congregaciones demandan conductas ajustadas a “la decencia”. Biblia y sombrilla son los instrumentos de su misión.
Entre las religiones permitidas o toleradas hoy en Cuba, son los Testigos de Jehová los más rechazados en la práctica. Siempre fueron maltratados por el régimen, pero nunca abandonaron su fe ni sus prácticas. Se han distinguido del resto de los cristianos por la sistematicidad y persistencia en su anuncio del Reino de Jehová, casa por casa, persona a persona, todos los días del año, aun cuando llueva, truene o relampaguee.
Una pareja de ellos me visita sistemáticamente. Deja publicaciones de su grupo. En el número correspondiente a septiembre de 2011, de su revista Atalaya, encontré un artículo titulado ¿Debe Usted Pagar Impuestos?, que me ha resultado contradictorio con la historia de la congregación en la Isla.
Ahí se asegura que “las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas”, aunque ello “no significa que los gobiernos humanos posean autoridad absoluta sobre sus súbditos”. Su concepción incluye el respeto de Dios al libre albedrío que concedió al hombre, al crearlo “a su imagen y semejanza”, pero resulta contradictorio que en el artículo se afirme que “Dios no ha autorizado a los cristianos a participar en actos de desobediencia civil, ya sea negándose a pagar impuestos o de cualquier otra forma”.
Acaso, ¿no son actos de desobediencia civil lo que hicieron Testigos de Jehová cuando fueron proscritos en las primeras décadas del castrismo? ¿No es resistencia cívica negarse a saludar la bandera y otros símbolos patrios, o su negativa a ingresar en el servicio militar obligatorio, o reunirse y anunciar públicamente su fe, a pesar de la persecución y el acoso oficial de aquellos tiempos? ¿No desobedecieron en ese caso las leyes nacionales impuestas por “las autoridades que existen” y que “están colocadas por Dios en sus posiciones relativas”, según su concepción?
A pesar de la abundancia de religiosos en la Isla, la crisis de valores de todo tipo que azota la sociedad incluye la inobservancia de muchos de ellos a los correspondientes dogmas de sus iglesias, que en todos los casos exigen comportamientos ajustados a las normas éticas. Los Testigos de Jehová han podido considerarse una excepción en esto. Por ello resultan un tanto desconcertantes las contradicciones que airea su revista.
La inacción ante las injusticias y los abusos que afectan al prójimo, implica carencia de civismo, impropia en todo cristiano, según el pasaje bíblico de El Buen Samaritano. Sin embargo, esa carencia la vemos generalizada hoy entre muchos religiosos, bajo el pretexto de que no se meten en política, por orden expresa de su Dios. Y en ello los Testigos de Jehová no parecen ser una excepción.
Fuente: Cubanet.
*Moisés Leonardo Rodríguez, La Habana, 1947. Fue profesor de la Academia Naval y del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, entre otros desempeños académicos a lo largo de su vida. Se inició en la prensa independiente en la agencia Grupo de Trabajo Decoro, es director y miembro fundador de la organización Corriente Martiana. También forma parte de la Asociación pro Libertad de Prensa.

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