Por: Luis Felipe Rojas.*
Lo recibimos como a un Padre en esta tierra que custodia, con entrañas de dignidad y raíces de cubanía, la campana de la Demajagua y la bendita imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre (Pedro Meurice Santiago de Cuba)
Ya es comidilla de los medios informativos que Benedicto XVI el Papa post Juan Pablo II vendrá a la isla el año próximo. La visita encara un reto para tres actores esenciales de la Cuba de ahora mismo.
El primero es el propio Benedicto quien tendrá que lidiar con la varilla de salto, alta, dejada por su antecesor. Catorce años después todavía se recuerda una mar de gente gritando libertad, abrazándose como si fuera el día D y rogando ante la Virgen de la Caridad del Cobre más libertad para Cuba y para todos los cubanos.
El otro actor es la Iglesia cubana misma pues en la persona de su jerarquía eclesial, tiene el reto, sí, pero también la oportunidad de demostrar cuan popular es ante una masa de cubanos, cuan respetada es por las instancias de gobierno y que puede hacer más allá de las promesas por una nación ensombrecida por la violencia contenida, la miseria en crecimiento y la desesperanza servida como plato fuerte cada día.
El tercero somos nosotros como pueblo, las cámaras y micrófonos del mundo entero estarán mirando qué pedimos y cómo lo hacemos, de aquí saldrá una bonita foto de lo que podamos hacer en un futuro, cuando nos cansemos de esperar de otros lo que podemos hacer con nuestras propias manos.
Aunque ya no está el guerrero que fue el Arzobispo Pedro Meurice Estiu, alguien tendrá que presentarnos como un pueblo que cada día cuenta con menos puestos laborales, una nación a la que han obligado a apretarse el cinturón (eufemismo utilizado para dominarnos) por una orden venida de la junta militar que nos gobierna, en fin, un país donde sus hijos no pueden gritar la palabra libertad sin que le aporreen la cabeza y los obliguen a dormir en pestilentes calabozos.
Aun así puede ocurrir todo lo contrario y en un abrazo verdeolivo y púrpura nos mostremos ante los ojos abismados del planeta como un rebaño dócil sin esperanza, sin sueños y para colmo sin agenda.
.*Periodista independiente cubano. Edita el Blog Cruzando las alambradas. Reside en la región oriental (Holguín) Cuba.
0 comments:
Post a Comment